martes, 6 de marzo de 2007

Desde adentro.


De repente quietud,
ataúd noche terminada;
suelo, sombra y ningún reflejo del cielo.
Muy temprano tú,
raíz de sueño, pesadilla terminada;
cuenta los días con tus dedos
y mira atenta desde adentro
cómo convertimos en flor aquello,
la curiosidad anhelada que ambos tenemos.
Asfixia los días pasados
y déjalos caer al suelo, muerto, bello;
basta tu silencio y un beso despierto
para darme cuenta del cielo.
Desde adentro significa estar abierto,
ojos cerrados y manos con cinco dedos
arriba hacia el sol,
penetrados de falsa ilusión pero abiertos.
Jamás te vi aquí, nunca los vi,
nunca a los amantes del alba,
temprano de pie de madrugada.
Hoy estaré abierto
atento desde adentro,
volando, aves encima del suelo, vivo, bello.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

despertar de la cegera del amor y valorarse como a nada, es la virtud que todo enamorado debe poseer para no desmoronarse... despertar y comportarse como es tu sentir interior, intenso... sabias letras para aquellos que aniquilan su espiritu a los pies de una mujer, ojala y les muestre a estos, el valor que interprete. amig

[fran] dijo...

Así es, querido Ramón -creo que sí es tuyo el comentario-, aniquilar el espíritu a los pies de una mujer...Es la forma más pura de demostrar que sin ellas no somos. Gracias por leerme y espero tu próxima visita. Y del citatorio...nada...